Pregunta

Colocaram uma mezuzá na casa do nazista. ¿Qué opinas?

https://www.cnn.com/2025/01/17/europe/home-next-door-auschwitz-opening-doors-intl

Respuesta

Cosas así suceden porque, lamentablemente, hay quienes piensan que el Judaísmo se
reduce a "símbolos". Si la mezuzá fuera solo un simple "símbolo" de la identidad judía, tal
vez tendría sentido ponerla en la casa de un nazi, como una especie de declaración: "A
pesar de todo lo que ustedes hicieron, todavía estamos aquí – Am Israel Jai." Sin embargo,
lo que deberían comprender es que, si el Judaísmo fuera solo una cuestión de símbolos,
probablemente no estaríamos aquí. Al fin y al cabo, ¿quién estaría dispuesto a enfrentar
persecuciones solo por símbolos? El Judaísmo, en realidad, es la manera en que el Creador
nos enseñó a conectarnos con Él. Las mitzvot, incluyendo la mezuzá, son "fórmulas"
Divinas que nos elevan espiritualmente y nos acercan a Dios. Específicamente sobre la
mitsvá de la mezuzá, el Rambam explica en Hiljot Tefilin, capítulo 6, que su propósito – es
decir, el motivo más accesible a nuestra comprensión, sin entrar en los innumerables
significados ocultos que trascienden el entendimiento humano – es ayudarnos a mantener
constantemente la conciencia de nuestras obligaciones religiosas. La mezuzá contiene un
pergamino con texto de los fundamentos del compromiso con las mitzvot. De esta forma,
siempre que una persona sale de su casa judía para enfrentar los desafíos del mundo
exterior, encuentra en la puerta un recordatorio de sus responsabilidades y de lo que
realmente importa: su conexión y compromiso con el Creador. Por lo tanto, como ya está
establecido en el Shulján Aruj (Yoreh Deah 291:2), el concepto de la mezuzá no tiene
sentido ser compartido con alguien que aún no forma parte del pueblo judío, alguien que no
está vinculado al pacto de las mitzvot judías. Mucho menos tendría sentido poner una
mezuzá en la casa de un nazi. Además, nuestros sabios enseñan (Tratado de Menajot 33b
y otros) que la mezuzá tiene la función de proteger la casa y la familia que en ella habita,
siendo un regalo inestimable de Dios para el pueblo judío. Así, la casa de un nazi es el
último lugar donde esa protección especial debería ser colocada…

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